Cómo reparar una fuga de agua: solución práctica para tu fregadero

7/9/2025

Fontanero arreglando fuga de agua en sevilla
Fontanero arreglando fuga de agua en sevilla

Una fuga de agua en casa no solo genera molestias, sino que también puede convertirse en un problema grave si no se atiende a tiempo. Desde el aumento de la factura hasta el deterioro de muebles, suelos o paredes, una simple gotera puede salir muy cara.

Afortunadamente, la mayoría de las fugas de agua en Sevilla más comunes —especialmente las que se producen bajo el fregadero— pueden detectarse y repararse sin necesidad de llamar al fontanero, siempre que actúes con rapidez y siguiendo algunos pasos clave.

En esta guía te explico, paso a paso, cómo detectar el origen de la fuga, qué materiales vas a necesitar y cómo solucionarla tú mismo, incluso si no tienes experiencia previa.

¿Dónde empieza el problema? Cómo localizar una fuga de agua

Antes de tocar nada, conviene observar. Muchas veces, una fuga se manifiesta de forma sutil, como con un charquito bajo el mueble del fregadero, una gota que cae intermitentemente o un mal olor constante provocado por la humedad. Si detectas alguno de estos síntomas, lo primero es localizar el punto exacto de la pérdida.

Las fugas más habituales en fregaderos suelen estar en tres zonas:

  1. El grifo, especialmente en la base o en las conexiones con las tuberías flexibles.

  2. El sifón (también llamado "cespol"), esa pieza en forma de U que recoge residuos y evita que suban los olores.

  3. Las tuberías de PVC o cobre, cuando presentan grietas, uniones flojas o corrosión.

Corta el agua y prepara el espacio de trabajo

Lo primero que debes hacer antes de intentar cualquier reparación es cerrar el paso del agua. Parece evidente, pero no hacerlo puede llevar a empapar el mueble, provocar un pequeño caos en la cocina e incluso empeorar la fuga.

Si tu fregadero tiene una llave de paso individual (normalmente se encuentra bajo el fregadero, junto a las tuberías), simplemente gírala en sentido horario para cerrar el flujo. Si no dispones de una llave local, tendrás que cerrar la llave general de la vivienda.

Una vez cerrado el suministro, vacía completamente el fregadero y abre los grifos para liberar la presión y el agua acumulada en las tuberías. Esto evitará que salga más agua cuando empieces a desmontar piezas.

Coloca un recipiente o cubo bajo la zona donde crees que está la fuga, para recoger el agua residual que pueda caer al aflojar conexiones o tuberías.

También es recomendable tener a mano trapos o papel absorbente para limpiar los restos de humedad o secar superficies durante la reparación.

Por último, asegúrate de tener a mano algunas herramientas básicas como una llave inglesa ajustable, una linterna (por si la zona es poco iluminada), guantes de trabajo, y, si vas a sustituir piezas, las juntas de goma o cinta de sellado necesarias.

Herramientas básicas que puedes necesitar:

  1. Llave inglesa o alicates ajustables

  2. Masilla epoxi o cinta selladora

  3. Juntas de repuesto

  4. Destornillador

  5. Linterna o luz frontal

Identifica el tipo de fuga y localiza el punto exacto

Una vez que tengas la zona lista, es momento de observar con atención. Las fugas bajo el fregadero pueden venir de distintos puntos, y cada una requiere una solución distinta. La clave está en identificar correctamente el origen.

En la mayoría de los casos, las fugas provienen de:

  • El grifo, ya sea por la base, el cartucho interior o las mangueras flexibles que lo conectan a la toma de agua.

  • El sifón o “cespol”, una pieza en forma de U que retiene residuos y evita que suban olores desde el desagüe.

  • Las tuberías de PVC o cobre, especialmente en uniones, codos o zonas que han sufrido presión, movimientos o corrosión con el tiempo.

Un truco muy útil para localizar la fuga consiste en secar bien toda la superficie visible, colocar papel de cocina o un trapo limpio sobre las uniones y abrir brevemente el agua. Observa con atención qué parte se humedece primero. Esa es, muy probablemente, la zona exacta de la fuga.

También puedes hacer una prueba más larga dejando correr el agua durante un par de minutos para detectar si el goteo aparece sólo bajo presión o tras cierto uso. No tengas prisa, identificar bien el problema es más de la mitad de la solución.

Consejo de experto: siempre que desmontes un sifón, limpia bien el interior. Muchas veces el atasco y la fuga están relacionados por acumulación de residuos grasos.

Repara la fuga según el caso

Una vez localizada la fuga, hay que actuar con precisión. A continuación te explico las soluciones más comunes en función del tipo de fuga que hayas detectado:

Si la fuga está en el grifo, lo más habitual es que se deba a una junta desgastada o un cartucho en mal estado (en grifos monomando). En este caso, debes desmontar la maneta del grifo, retirando primero el embellecedor (generalmente una tapa plástica) y aflojando el tornillo que la sujeta.

Una vez abierta, podrás acceder al cartucho y las juntas interiores. Sustituye las piezas por otras compatibles —que puedes encontrar en cualquier ferretería—, límpialas con vinagre si tienen cal, y vuelve a montar todo. Prueba abriendo el agua y revisa si el goteo ha desaparecido.

Si la fuga está en el sifón, normalmente el problema está en una junta de goma que ya no ajusta bien o en una rosca mal apretada. Afloja con cuidado las tuercas del sifón, limpia bien la rosca y la junta, y reemplázala si está endurecida, rajada o deformada.

Asegúrate de colocarla bien al volver a montar la pieza. A veces, simplemente apretar bien las conexiones a mano es suficiente para que el agua deje de filtrarse. Aprovecha el momento para limpiar el interior del sifón si ves restos acumulados.

Si la fuga está en una tubería de PVC o metálica, evalúa si se trata de una pequeña grieta, una pérdida por presión o una unión defectuosa. Para fugas pequeñas, puedes usar masilla epoxi o cinta selladora especial para fontanería.

Ambas se aplican directamente sobre la zona seca y se dejan curar según las indicaciones del fabricante. Son muy útiles como solución provisional, aunque si la fuga persiste, lo ideal es cortar el tramo dañado y sustituirlo por uno nuevo, utilizando un acoplamiento rápido o adhesivo de PVC según el tipo de material.

Consejos clave:

  1. Sustituye juntas cada 2-3 años aunque no hayan fallado todavía.

  2. No uses productos corrosivos que debiliten el PVC (como sosa o ácidos).

  3. Fija bien las tuberías para que no se muevan con cada uso del grifo.

  4. Limpia el sifón con agua caliente y vinagre una vez al mes para evitar acumulaciones.

¿Y si la fuga no cesa?

No todas las fugas son visibles. A veces el problema está en una tubería empotrada, un codo inaccesible o una pérdida en la pared. Si notas humedad persistente, el suelo abombado o pintura levantada, es hora de llamar a un profesional.

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